Thursday, April 27, 2006

el futuro olía a frituras. esa fue la visión. entre la anestesia, lo antiséptico, la virtualidad, y la aniquilación de las relaciones humanas, el olor que se sentía era a fritura. el medio ambiente del hombre del futuro hedía a fritura, ¿con qué razón? si ya se habían inventado las píldoras de vitaminas y proteínas, que hacían al hombre no perder el tiempo en deglutir alimentos. Se eliminaban así reuniones sociales alrededor de un plato de comida o que la ama de casa procurase hacer el almuerzo todos los días para el marido o los hambrientos niños. Con eso los nuevos edificios departamentos Paz Fromovic podían eliminar el espacio que antes tenían los comedores ( lo mismo ocurrió con los baños con el invento del protopropulsor en forma de aspiradora de múltiples colores).

La fritura estaba en todos los callejones, era el olor típico, aunque nadie freía algo para alimentarse, sino como el parte del ritual del trabajo productivo para el hombre. Millones entraban a las fábricas y se ponían a freír. No se habían inventado máquinas o computadores que pudieran llevar la fritura al estado que deseaba el hombre, por eso se instauró como requisito fundamental para la subsitencia de la humanidad, el ritual del trabajo junto a la fritura. Así el hombre al llegar al hogar, sabía que olía a trabajo, y eso le hacía pensar la utilidad de su trabajo para la sociedad.

Aquella ley universal fue establecida bajo la normativa inspirada en las teorías de Spence Neumann: “el trabajo inodoro y antiséptico crea en la especie humana el estado conocido como Douglas-Mcarthy, que habla de la desmotivación e inadaptabilidad del hombre en un ambiente determinado”. La contribución de Spence Neunmann fue descubrir las causas que producían la desmotivación y desconfianza del hombre respecto al trabajo, característica predominante en las décadas de la etapa considerada por algunos como postfordista. Así, si el hombre no podía sentir el trabajo en su cuerpo, ya sea por cualquiera de los sentidos (eminentemente el olfativo), crea un círculo de desesperanza congénita, donde el trabajo se transforma en una actividad productiva subjetiva y abstracta que lleva a la no compenetración total del hombre con lo que realiza, por ende la posibilidad de la alienación se minimiza.

“Se establece que todo trabajo debe necesariamente para su subsistencia legal dentro de los estatutos del Código Civil y según lo dispuesto en el articulo 121º de la ley fabril universal de los derechos del hombre, que éste debe eminentemente poseer olor, color y temperatura. En caso de imposibilidades técnicas el Estado de cada nación proporcionará los recursos.” – decía la ley universal.

El monopolio conformado de la unión de quince de las empresas multinacionales más grandes del mundo, llamada Mc Co., fue la encargada de la fabricación de la fragancia Nº14, cuyo olor era a fritura.

Además en el futuro, decía la visión, el asesinato estaba legalizado como deporte y según los cánones de De Quincey, como obra de arte. La variación respecto a lo que De Quincey versaba estaba en su forma, en el futuro el asesinato era a distancia, con guantes blancos y con la desaparición espectral del asesinado dentro de la virtualidad inodora.


(fotografía: jeffrey scott)



Tuesday, April 11, 2006

el silencio estaba en el fondo del armario- así debía comenzar esto. es la última frase que leí en un libro. sin ser un homenaje, este es sólo un homenaje anónimo.

claro que debía haber comenzado ahí, que mejor que el closet para hacerme pensar sobre las profundidades, el negro, el agua y la infancia. sí, era blanco y me metí dentro cuantas veces, incluso subía hasta la última repisa donde podía acostarme y estar cara a cara con el techo. me gustaba estar cerca del techo, que mis manos no tuvieran que estirarse y tocarlo, incluso podía sentir como era tener la cabeza en el techo, aquel que desde mi cama se veía tan lejos. tal vez no exista la posibilidad que los niños tranquilamente miren los techos, tranquilos , meditabundo, que piensen en el blanco, en la lejanía y las profundidades, incluso los haga recordar el mar con melancolía. tal vez ahora crea que tuve muchos de esos momentos, mientras mi posición en la cama cambiaba, mi fisonomía sobre ella se transformaba. Aumentaba el largo de lo que mis pies alcanzaban el oscuro final, donde siempre está helado, donde me acurrucaba tantas veces, ese lugar el más oscuro y desconocido que tiene una cama. nunca ese momento pasó de un minuto, el silencio y oscuridad eran tales que era imposible aguantar mucho tiempo. incluso al pasar los segundos, el aire se ponía viscoso, impuro, estéril.

me sitúo ahora encerrado en el maletero de un auto, mi hermano lo hizo una vez, estuve cerca de 3 minutos encerrado, dando patadas al techo, que tranquilidad pensar el instante en que abrieron la puerta, cuando por fin hubo aire y consuelo.

hoy ha caído baudelaire, silenciosamente estaba en el suelo, dándome su espalda blanca, donde no había nada. la nadería de baudelaire que nunca ví. tal vez en una parte del sueño el estaba, mirando con sus ojos voyeristas que siempre tuvo, ojos que me contemplaron por varios años, casi cinco años, con una interrupción de tres días que fue el cambio de casa. estuvo su retrato siempre en la puerta del closet, aquella imagen que es mi única forma de reconocerlo, imagen que he contemplado casi todas las noches antes de dormir, mientras él con sus ojos atentos, siempre está observándome. a veces sus ojos son de ira profunda, a veces de indiferencia, a veces de sumo interés… incluso algunas veces no me miran. hoy está mirando el techo, junto a la cama. tal vez también sufría de aquella afición desde niño, contemplar los techos blancos.

el closet ha vuelto a su calma, tuvo una invasión de historias que causan asombro, miedo y humedad. Al agua se transformó de pronto en todo, hedor, tranquilidad, miedo e incredulidad. Agua que fue esperanzadora de que nunca significó nada malo, incluso el número tres de la cantidad de toallas, lo fue. El agua se vertió desde el techo, cayendo a la última repisa, que tal vez de niño hubiera trepado… entonces las toallas quedaron mojadas. no fue ningún fantasma con rostro de mujer , nadie había muerto en la tina del baño. nadie del otro mundo se había dado un baño y se había secado con las toallas, que habían sido guardadas en el closet mojadas.

sin serlo… y anónimamente, las palabras leídas me transportaron a homenajear, a mi acompañante de las noches, el celador de todos mis desvelos y sueños, el que me vio en la tristeza y la amargura, quien me vio reír hasta el cansancio, quien me observó mientras hacia el amor, quien me miraba mientras me masturbaba pensando en mi amada. a mi amigo baudelarie, quien ha caído - ¡pronto te volveré a tu sitio! - … y termino contigo, y abro al azar tus flores:

“ Deja, deja que mi corazón se embriague con una mentira

que me sumerja en tus bellos ojos como en un bello sueño,

y que dormite largo tiempo a la sombra de tus pestañas ”.

(fotografía: autorretrato + baudelarie)

Monday, April 03, 2006

No hay tiempo para llorar, ni lamentarse, ni siquiera pensar, simplemente debemos cumplir con el plan establecido en la habitación que hemos escogido para pasar algunas horas.

El primer paso para entrar en confianza es que tomemos algo (en el sueño de anoche dudaba entre vodka tónica o roncola) El ron es la elección esta vez. El nerviosismo es realmente sorprendente, pues debemos optar por el silencio y algún protocolo establecido. Los cuerpos separados, paseándonos por la habitación, riéndonos de las películas porno que hay en el velador. Pienso que me encantaría ver aquella de la cual más te burlaste, siempre he sentido la curiosidad por los chicos-chicas, quisiera verlos en acción alguna vez. Creo que no es el momento para contarte mis secretos más íntimos, apenas nos conocemos hace unas semanas, ni siquiera te he visto completamente desnuda, no se como llegamos a este lugar que huele a perfume barato o a antiséptico de mala clase.

Tomo un largo trago, mientras te miro detenidamente y tu ahí nerviosa. No se si será la primera vez que vienes a lugares como estos, pero se te ve con un miedo muy inocente, ni siquiera quieres mirarme a los ojos, pero noto en tu respiración que deseas que me acerque lentamente y ponga mi boca húmeda y helada en tu cuello, haciendo círculos con mi lengua, intentando penetrar en tu piel. Sé que quieres que lentamente te desnude mientras mis dientes presionan firmemente tu hombro. Debo confesar algo, sin duda, mientras te veo ahí , que no soy de aquellos siempre has conocido, tengo un lado oculto, que se presenta como un animal cuando estoy en estas situaciones. Entonces escojo por romper tu vestido, desnudarte y tirarte con violencia sobre la cama, mientras me miras con miedo y con esa cara deseosa y ardiente. Sé que nunca me habías visto de esta forma. La ternura no lo es todo en esta vida, solo sirve para seducir chicas, para llegar a este punto. Te digo que te masturbes y me mires, mientras humedezco tu mano con mi saliva. Sé que no estas acostumbrada a esto, y que nunca te habían hablado así.

A veces me canso de chicas como tú y debo decirle un par de cosas en su cara. Te tomo del pelo con firmeza, mientras te digo y te grito: ¿me deseas? ¿No querías esto?

Veo que tus ojos se ponen húmedos, y tratas de cubrir tu desnudes. Ya no hay tiempo querida, no aguanto más…. y lentamente, paso mi lengua por tu espalda. Te veo temblar silenciosamente, se que ya no me deseas, pero hay algo en mi que me hace desearte. No hay tiempo, hemos arrendado este lugar por un par de horas, debemos terminar luego con este juego, no hay tiempo para llorar. Tomo la almohada y lentamente la pongo en tu rostro, y mi mano que se escurre bajo ella y te tomo firmemente del cuello. Poco a poco te voy sintiendo, siento el palpitar de tu sangre que se hace cada vez más lento. Siento como te vas y te apagas… te silencias como la noche. Aun tenemos tiempo, así que te beso en la frente, te abrazo y me duermo entre el sonido de la lluvia y el olor de tu pelo.


(fotografía: Patrick Hoelck)