
La conocíamos todos en el barrio y la observábamos en todos los paseos que hacía. La seguíamos a donde compraba el pan, a donde compraba los helado, en sus salidas dominicales. Siempre iba solitaria, no tenía hermanos, ni amigos. Desde el primer día que llegó nos cautivó a todos, tal vez era por la atractiva apariencia que causaba su seguro andar. Y así la seguimos todas la veces que pudimos, con la secreta certeza que un día se le iba a levantar la falda e iba a volar.
(fotografía: Lewis Caroll)
1 Comments:
de qué color es la falda?
Post a Comment
<< Home